El Abadiño visitó el campo del Urduliz en un partido que dejó malas sensaciones y mucho por mejorar. El encuentro comenzó con dominio del balón por parte del Abadiño, pero ese control no se tradujo en peligro real. El equipo movía la pelota, pero sin ideas claras ni orden en el campo. Faltó coordinación entre líneas y se notó cierta desconexión, sobre todo en el centro del campo.

El Urduliz, más directo y con las ideas claras, aprovechó su oportunidad cuando el árbitro señaló un penalti a su favor. No fallaron desde los once metros y se adelantaron 1-0. A pesar del golpe, el Abadiño intentó reaccionar, pero las imprecisiones y las pérdidas en zonas peligrosas complicaron cualquier intento de empatar antes del descanso.

En la segunda parte, el equipo salió con algo más de energía y consiguió empatar el encuentro, dando la sensación de que podía darle la vuelta al marcador. Sin embargo, poco después llegó la jugada desafortunada: un mal despeje terminó en gol en propia puerta, poniendo el 2-1 para el Urduliz en el minuto 65.

A partir de ahí, el Abadiño no supo encontrar el rumbo. El juego se volvió plano, con muchos errores y sin apenas peligro arriba. Fue un partido apático, sin intensidad ni orden, de esos que hay que olvidar rápido.

Toca analizar lo ocurrido, aprender de los fallos y levantar la cabeza. La próxima jornada toca enfrentarse al Barakaldo, y será una buena oportunidad para demostrar que este equipo puede dar mucho más.

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